jueves, 14 de junio de 2007

Cuestionamiento mata obediencia

Muchos le hablan al joven sobre la importancia que desarrolle un criterio individual sólo como argumento para venderle lo que ellos consideran debe ser el único consenso colectivo. En estas últimas semanas nuestros jóvenes parecen estar enviando el mensaje que ya están hartos de tantas respuestas… cuando las preguntas claramente son otras. Durante las últimas décadas y como consecuencia del ritmo endiablado de lo que aún sin entender llamamos globalización, han surgido una serie de preguntas que difícilmente pueden ser respondidas, ni con un discurso neo-moderno, ni por supuesto con esos lenguajes prehistóricos zamoranos.

Por supuesto que las voces jóvenes que hoy se oyen en las calles de Venezuela tienen un destinatario directo, el presidente de la república, al cual simplemente le están diciendo que tras un periodo de prueba, por el tiempo de una media generación, como baquiano global simplemente no sirve. Pero no vayan ustedes a creer que con un yéndose chávez, en su debido tiempo (ver nota) y reabriéndose una RCTV, ellos se quedarán tranquilos… amárrense, de repente los cambios que solicitarán serán mucho más impactantes, con lo cual ni remotamente me refiero a golpes, suaves o duros.

De la misma manera que China e India ya intuyen que simplemente no hay espacio suficiente para en términos económicos poder crecer hasta llegar a ser otro Estados Unidos u otra Europa, ni siquiera si éstos desaparecen, nuestros jóvenes andan intuyendo que el sistema actual (y nuestra generación con él) está tan desnudo y fuera de onda como puede estar.

Sé que hay quienes consideraron que los jóvenes deberían haberse quedado más tiempo en la Asamblea… hasta debatiendo, pero les confieso que para mí cada minuto que estuvieron ahí fue un verdadero suplicio, ya que si los 167 sentados que se encuentran ahí ni siquiera se representan a sí mismos, cómo esperan poder representar al país que viene. El otro suplicio mío, al cual no le puedo hacer nada, es el de no contar con cuarenta años menos y poder estar entre todos ellos debatiendo ideas de tú a tú.

No obstante, metiéndome donde puedo, debo y quiero, entre las revueltas que esperaría que los jóvenes armen se encuentra por supuesto aquella de castigar el uso de los carros y usar el dinero que se puede obtener de no vender la gasolina a un precio menor que el agua, para construir el más maravilloso sistema de transporte público jamás visto, preparando así al país para el futuro de sus hijos, de una manera mejor de lo que nuestra generación fue capaz. El segundo frente sería iniciar el proceso de quitarle al gobierno los ingresos petroleros y entregarlos a la ciudadanía para algún día lograr que los políticos trabajen para quienes les pagan los impuestos, en lugar de gozarse los recursos del pueblo. Jóvenes, tal como el Padre Ugalde, con ustedes grito ¡Libertad!

Nota. Con la cadena donde chávez insultó a buena parte de la juventud venezolana, otra contundente prueba de su autoritarismo, como mínimo perdió el derecho al uso de la mayúscula.

jueves, 31 de mayo de 2007

¿TEODORO, JULIO O UNA MERCEDES CHRISTINA?

“deben reflexionar que nuestra triste actualidad puede que se combata mejor con futuros que con pasados, por lo que deben buscar añadir a la lista de candidatos, unas opciones bien jóvenes.”

“Jóvenes, parafraseando el tango, para que nuestra vida en el ayer no nos detenga en el pasado… ¡Anímense! De ustedes es la Venezuela del mañana, lamentablemente nosotros ya gastamos la Venezuela del ayer.”

Publicado el 4 de Mayo de 2006 en El Universal

Teodoro o Julio, estoy seguro de que cualquiera de los dos representaría una mejor alternativa como Presidente para nuestro país que el actual, pero al no conocerlos mucho, no me resulta fácil elegir entre los dos.

No obstante, si hoy tuviera que votar por uno o por otro, me inclinaría a hacerlo por Julio, así sea sólo por cuanto presiento que debemos darle la oportunidad a una nueva generación de adquirir la experiencias que les puedan orientar en el qué hacer del mañana, en lugar de limitarnos a aprovechar las experiencias del qué no hacer del ayer.

Si Teodoro se resiente con esta opinión mía, déjenme asegurarle que más me resiento yo ya que, en realidad, mi voto por Julio, más que un voto de confianza en él, representa un voto de desconfianza en mi propia generación, si para hacerme perdonar por Teodoro, con sus 74 años, le doy espacio en la mía de los 55. Es más, por cuanto a veces me parece que a Julio justamente le hace falta algo del ímpetu de juventud, del cual aún algo tiene Teodoro, hoy también me gustaría ver entre las opciones a unos dirigentes menores de 30 años, por supuesto siempre y cuando sepan demostrar la suficiente madurez de no ignorar totalmente los consejos de sus viejos.

Meditando sobre el tema, de repente pensé que hasta mi propia hija Mercedes Christina, de 23 años y que estudia economía en el exterior, podría ser mejor como Presidente que Julio o Teodoro, cuando lo que se necesita es resolver un rollo de dimensiones desconocidas por todos y lograr ubicar a Venezuela de manera honrosa en el mundo actual, sin que se muera en el intento. Y, como Mercedes Christina, debe haber muchísimos otros jóvenes venezolanos más.

En tal sentido, quienes quieran que las próximas primarias multipliquen las voluntades y no se reduzcan al simple conteo de las existentes, deben reflexionar que nuestra triste actualidad puede que se combata mejor con futuros que con pasados, por lo que deben buscar añadir a la lista de candidatos, unas opciones bien jóvenes. Eso sí, que no sean de los que dividen automáticamente al país en un nosotros y ellos, ni de los que sólo andan copiándose una carrera politiquera.

Jóvenes, parafraseando el tango, para que nuestra vida en el ayer no nos detenga en el pasado… ¡Anímense! De ustedes es la Venezuela del mañana, lamentablemente nosotros ya gastamos la Venezuela del ayer. Eso sí, cuando lleven a Venezuela a la cúspide…no se olviden de Teodoro, ni de Julio, ni de su servidor.

Los unidos y los sumidos

Hay gobiernos que conocen que su responsabilidad con el país es de mantenerlo unido y hay otros que necesitan tenerlo sumido. Me encuentro fuera del país y tuve que seguir todos los incidentes del cierre de RCTV por la pantalla de un pequeño notebook, excusa que uso para explicar que mis ojos aún se encuentran algo lagrimosos. No soy periodista ni mucho menos un medio de comunicación, pero a ese ministro que dice que va a poner presos a quienes reportan el cierre de RCTV como un cierre, le aseguro que tampoco podrá llamarse periodista quien reporte sobre la madre de los cierres de medios de comunicación, a los trancazos y de mala gana, como un simple vencimiento de concesión.

Hasta la fecha Chávez operaba desde cierta posición de altura como un presidente electo como enemigo de lo viejo y malo, lo que le permitía a quienes lo rodeaban o quererlo o por lo menos cubrirse con un camuflaje que reducía el costo social de identificarse como pegados. ¡Ya no! Chávez que hasta la fecha había demostrado habilidades como estratega, cometió el error de bajarse de su colina, sólo para satisfacer un capricho. Quizás en este momento podrá estar gozando su triunfo pero eso es sólo por cuanto aún no se ha dado cuenta del costo de haber dejado a tantos de los suyos decepcionados o desnudos de argumentos.

A partir del cierre de RCTV la frontera entre los venezolanos que pueden ir con la frente en alto y quienes como lacayos declarados ya no podrán mirar de frente a los ojos quedó mucho más definida. Chávez lanzándole la puerta a RCTV no humilló a los cerrados sino a los suyos, quienes antes por lo menos podrían hacerse la ilusión de ser un frente del diálogo pero que de hoy en adelante se saben sólo partícipes de un monólogo, ajeno además. Una sociedad incapaz de debatir sus opciones como país de manera inteligente, a sabiendas que cada una de esas opciones tiene sus pros y contras, irremediablemente se vuelve un país fofo y bruto.

Por lo tanto le ruego a todos los excelentes comunicadores de RCTV que durante su mientras tanto, por el bien de nuestro país, ayuden a crear aquellos círculos de discusión clandestinos y ocultos que nos permitan conservar esa biodiversidad de ideas que todo país necesita.

Finalmente les confieso que los de RCTV, a muchos de los cuales había considerado como unas caricaturas inventadas por Cabrujas, se volvieron hombres y mujeres de carne y hueso, con corazón y cerebro, mientras que los que buscaban justificar el cierre se dibujaron con más claridad que nunca como unos comiquitos(tas) de mala calidad.

Sin duda que el cierre de RCTV le reabrió la puerta al país. Hijos, no les puedo decir que no salgan a las calles pero, por sus padres y por todos quienes tanto los queremos, por favor cuídense mucho y, en nombre de nuestra generación, perdónennos por tenerlos en esto.

Por favor no le demos el gusto a quienes disfrutan, gozan y ganan con que nos odiemos.

jueves, 24 de mayo de 2007

El asocialismo del siglo XXI

En Venezuela a los ocho años de gobierno de ese Teniente Coronal seudo demócrata que le fascina que lo llamen Comandante, la gasolina se vende a un precio menor que el agua, a menos de 3 céntimos de dólares, sin siquiera cubrir sus costos de distribución. Con esa política pública ese dizque socialista transfiere de los más pobres de los pobres en nuestro país, a los dueños de vehículos, un subsidio superior al 10% del PDB del país. En otro país petrolero como Noruega el precio de la gasolina es más de 60 veces el precio en Venezuela.

Igualmente como resultado directo de vender la gasolina a menos de 3 céntimos de dólares en lugar de venderla a su precio de mercado e invertir los recursos obtenidos en el transporte público tenemos que en un país con solo 26 millones de habitantes y un nivel de ingresos por habitante cercano a solo los cinco mil dólares, en el 2006 se vendieron 350.000 vehículos nuevos y las ventas del primer trimestre ya indican una venta anual de 400.000 de vehículos nuevos para el 2007.

Los carros ya no encuentran por donde circular para soltar su carbón envenenando nuestro planeta y por lo que, en materia ambiental y de cómo distribuir justamente el ingreso obtenido por la liquidación de nuestro petróleo no renovable, queda perfectamente claro que en Venezuela nos encontramos en manos de un gobierno cruelmente asocial.

¿Que prefieren?

¿Que prefieren?

En la vida uno tiene que tomar una decisión relativamente temprano. La de aprender a defenderse en la vida o la de defenderse de la vida. O uno se levanta temprano en la mañana dispuesto a enfrentar los riesgos de la vida, o uno se queda en la cama buscando evitarlos. O se abren los ojos aun a sabiendas que no todo será bonito o se prefiere correr el riesgo de quedar en tinieblas. O se corre el riesgo de oír sobre cosas feas y molestosas o no importa perderse de informaciones importantes. O uno acepta tener una RCTV actuando libremente para aprender, o uno prefiere callarla para que el ego débil del patrón no tenga que sufrir cuestionamientos. Ustedes díganme, en qué país prefieren vivir, en el de los valientes o en el de los timoratos y acomplejados.

¡No alcanza!

La mayoría está acostumbrada sacar un cálculo donde en el numerador pone los ingresos del Gobierno y en el denominador a la población venezolana, sacan su cuenta y se lamentan con un "lo tendremos que aguantar para siempre". Cuán equivocados están. Aun los ingresos petroleros crezcan y con ellos el numerador y el denominador baje si más venezolanos deciden irse, la fórmula no cuadra, sencillamente por cuanto ha ignorado un factor fundamental, el apetito. El problema con usar mercenarios para gobernar es que en la medida de que se les paga por un trabajo su tarifa por hora no permanece constante. Por un lado van aprendiendo del cobrar con su "si me diste un millón por lo anterior entonces entenderás que para hacer esto tanto mucho peor, necesito que me pagues cien" y del otro lado van acumulando los bienes que querrán defender con su "cuando no tenía nada estaba resteado pero ahora con este milloncito en Miami no sólo tengo alternativa sino que además tengo que cuidarlo para poder disfrutarlo". Lo anterior incide en que lo que se conoce como el apetito crezca exponencialmente y con ello las demandas del denominador, por lo que resulta obvio que llega el momento donde simplemente… ¡Patrón no alcanza!

Los mediocres

Si el funcionario resulta bueno, qué bueno y si malo, pues se sale de él. El problema es que diablos se hace con aquellos mediocres, quienes sólo saben cultivar con ahínco las destrezas del cómo hacer para que su patrón los deje amarrados a sus cargos. El día de mañana, cuando la historia evalúe este deslave nuestro, se culpará de algo a los malos, de bastante a los oportunistas, pero de manera abrumadora a los mediocres. No hay que ser un genio para saber que con estos baqueanos malos no se llega a Guasdualito ni por la carretera nacional.

jueves, 17 de mayo de 2007

Una Junta Ciudadana para PDVSA

Aún con el petróleo a 100 dólares el barril, PDVSA entrara en crisis, por cuanto ya debe haber traspasado ese momento cuando los intereses por ocultar superan los intereses por divulgar y se revientan los últimos amarres éticos y gerenciales. De repente veremos escenas que nos recordaran al Caracazo, cuando cargaban sobre el hombro un cuarto de res. ¿De que como lo se? De la misma manera como el gobierno y sus devotos lo saben, leyendo el libro El Estado Fallido escrito por Noam Chomsky, ese autor que Chávez recomendó en su discurso de las Naciones Unidas.

Chomsky define a los Estados Fallidos como aquellos que no logran proteger a sus ciudadanos de la violencia, que se consideran a si mismos fuera del alcance de las leyes domésticas e internacionales y que sufren un déficit democrático y lo que implica que cumplen con algunas de las formalidades de la democracia pero no con la sustancia. ¿Necesito explicar más? No lo creo.

Dado lo poco logrado con el petróleo durante los últimos 100 años, el cual hasta nos ha hecho daño manteniendo en el poder a autócratas y financiando sus arrogantes ocurrencias, hay quienes sostienen que estaríamos mejor si PDVSA quiebra, perdemos nuestro petróleo y podemos asi al fin comenzar hacer vida normal como país.

Otros, ante la posibilidad que nuestro petróleo pase a manos distintas, prefieren que se quede en el subsuelo, por lo menos hasta el momento en que como país nos hayamos ganado el derecho de extraerlo y para que así rinda los frutos que las generaciones venideras tienen el derecho esperar. ¡Que suerte la de Noruega que consiguió su petróleo, ya viejo e institucionalmente desarrollado!

Ahora bien, el hecho es que si no nos pre-ocupamos a tiempo, la verdad es que nos exponemos al riesgo de que se nos arrebate hasta nuestro derecho para poder decidir que hacer con nuestro petróleo. En tal sentido le rogamos a quienes conocen del día a día de la industria, en su esencia operativa, que preparen una lista de nombres y direcciones de candidatos para que puedan integrar una junta interventora ciudadana, para cuando inicie el Gran Deslave. Quienes pueden sentirse como elegibles deben ir preparando los planes de emergencia.

La Junta Ciudadana de PDVSA debe ser cuidadosamente elegida para que en ella se sientan representadas todas las corrientes políticas del país y lo mejor sería evitar integrarla con quienes ya han tenido una actuación pública en el sector. Digo esto por cuanto al ser todo lo relativo a PDVSA algo muy delicado, en la operación, para que el enfermo sobreviva, necesitamos evitar tumultos y forcejeos. Por supuesto que para la defensa de nuestro petróleo se necesita de contactar y sumar, desde ya, todas las buenas intenciones que sufriendo mucho o poco siguen haciendo vida en PDVSA.

De la misma manera se podrán necesitar de Juntas Ciudadanas para otras áreas críticas como por ejemplo el de las deudas públicas. Ahí, igualito, aún cuando hay quienes están tan hartos que hasta lo puedan preferir, debemos evitar que nos rematen al mejor postor. En estos menesteres no es cuestión de gobierno u oposición, es cuestión de venezolanas y venezolanos.

jueves, 3 de mayo de 2007

180 dólares por mes

614.790 es ahora el salario mínimo mensual, lo que equivale aproximadamente a unos 280 dólares a la tasa oficial y quizás a unos 180 a tasas de realidades de por ahí. El anuncio constituye otro de esos miles de momentos oportunos para recordar que la venta de unos 3 millones de barriles diarios a 52 dólares netos de costo significa 180 dólares mensuales, no solo para los afortunados que por lo menos tienen acceso a un salario mínimo sino que para cada uno de los 26 millones de venezolanos. El que tengamos que vivir una vergüenza nacional de expectativas no alcanzadas, se debe exclusivamente al hecho que los ingresos que recibimos por la liquidación de nuestro petróleo no son ingresos del pueblo sino ingresos del desperdiciador de turno.

Olvídense de buscar un líder si todo líder que encontremos luego lo vamos a enloquecer dándole la chequera petrolera y con la cual pasará, en menos de lo que canta un gallo, de considerarse de un elegido nuestro para servirnos, a simplemente ser un elegido.

Si deseamos persistir en esta locura colectiva nuestra de creer que vamos a estar mejor entregándole lo que se recibe por el petróleo al presidente de turno, o dejándonoslo quitar por el dictador de turno, que administrándolo nosotros mismos, es mejor que en lugar de una elección utilicemos una lotería, donde dejamos en manos de Dios decidir, ya que así por lo menos podemos diluir con algo nuestra culpa y nuestras desilusiones.

Por más que lo pienso más estoy seguro que estamos locos. ¿Qué broma es esa de elegir cada cinco o ahora seis años a una persona para entregarle todo el ingreso petrolero solo para luego tener que chuparle las medias al neoarrogante de turno para que nos devuelva algo de lo que era nuestro para comenzar?

Si uno quiere que un maestro de obras haga unos arreglos en la casa, pues se le da un adelanto y se le paga en la medida que vaya entregando sus obras. Entregarle al maestro de obra toda la casa como anticipo, para luego sin que entregue obras tener que rogarle que por lo menos nos deje vivir arrinconaditos ahí entre los escombros, no puede ser otra cosa que locura.

Ya oigo a quienes se rasgan las vestiduras sobre la posibilidad que se le entregue algo de esos ingresos que obtenemos liquidando el petróleo para siempre, directamente a los venezolanos gritar: "¡No, se lo beben en caña!". Pues estoy absolutamente seguro que cada uno de mis veinte y seis millones de compatriotas están en mucha mejor capacidad de darle un mejor uso a sus 180 dólares mensuales, a que un "elegido" lo logre con los cuatro mil seiscientos ochenta millones de dólares mensuales que eso equivale.

Si el gobierno necesita luego cobrar cuatro mil seiscientos ochenta millones de dólares en impuestos, pues eso es ya otra cosa, pero en tal caso ya por lo menos queda claro quién trabaja para quién.

miércoles, 2 de mayo de 2007

Por favor, recapaciten a tiempo

Por los vientos que soplan yo podría llegar haber sido el último Director Ejecutivo de Venezuela en el Banco Mundial. Ruego a Dios que no sea así.

¿Que loquetera es eso? La mejor posibilidad que tienen los países pequeños y en vías de desarrollo de llegar a ser oídos es justamente asegurando su sólida presencia en los organismos internacionales. Abandonar esos organismos por el solo hecho que no sea fácil lidiar con ellos y tirar la toalla rehusando a dar la pelea es igualito al suicidarse por temor de tener que enfrentar la vida.

Por supuesto que no es fácil; por supuesto que puede haber muchísimas ocasiones en que nos parece que estos organismos nos traten de manera injusta y de seguro que en muchas ocasiones de hecho así ocurre… pero ¿quien rayos les ha dicho que el mundo es un lugar justo?

¿Que creen? ¿Que en el mundo real, fuera de los organismos internacionales, Venezuela tendría más voz? Que se bajen de esa mula. La verdad es que lamentablemente Venezuela tiene hoy muy poca voz y los gritos que tanto se oyen por ahí, solo provienen del petróleo ventriloqueando otra vez, vía su muñeco de turno. Seamos honestos, con el petróleo por debajo de 15 dólares por barril, por los momentos no hay presidente venezolano capaz de ganarle en cobertura internacional a una miss venezolana.

Por favor, por amor y respeto a Venezuela, recapaciten, a tiempo. (Venezuela no tiene ni vocación ni futuro, ni como refugio de ermitas acomplejados ni como campamento para hippies trasnochados)

Por cierto y antes de que alguien se haga ilusiones, el dinero que tiene Venezuela invertido en el capital del Banco Mundial, puede que ni siquiera alcance para pagar los gastos de uno solo de esos tantos viajes presidenciales.

Por cierto, en el Banco Mundial, cuando le toca a Venezuela ocupar la silla del Director Ejecutivo, tenemos el privilegio y la honra de también hablar en nombre de otros siete países amigos.

¿No se han dado cuenta que el mundo se achica? Lo que necesitamos no es salirnos del Banco Mundial, sino asegurarnos que funcione mejor.

jueves, 12 de abril de 2007

Todos somos indígenas.

Zimbabwe lleva tiempo metiéndonos el dedo en el ojo a todos quienes profesamos el derecho de los países a decidir sus asuntos internos de manera soberana sin que el resto del mundo se entrometa, por cuanto nos recuerda que hay límites a tal principio.

Qué haríamos por ejemplo si ese gran pulmón de nuestro planeta Tierra que conocemos como el Amazonas estuviese ubicado en Zimbabwe y ese Mugabe se hubiese dedicado a su tala y su quema. Por supuesto nadie le puede negar a Zimbabwe sus derechos prioritarios como indígenas locales de hacer lo que quieren pero llega el momento en que sus derechos coliden de manera directa con los nuestros, también legítimos derechos como indígenas del planeta Tierra que somos y por lo menos yo estaría en tal caso vociferando "paren a ese loco… como sea". Por cierto hablando de este tema ambiental considero que el resto del mundo tiene todo el derecho de exigirles a países como Estados Unidos y Venezuela, que le pongan un parado a su consumo desenfrenado de gasolina.

El que un autócrata como Mugabe que lleva 27 años en el poder haya destrozado por completo a un país que tenía de todo para lograr un puesto respetable en la comunidad internacional y que le haya traído tantos sufrimientos irreversibles a por lo menos dos generaciones de seres humanos en Zimbabwe, quizás no sea cosa nuestra, "que se j…. pero la soberanía hay que respetarla". No obstante parece que ya Mugabe-Zimbabwe esta llegando a un límite y muchos de los más respetuosos de la soberanía, ya reclaman que se haga algo.

Uno de los instrumentos que más ayuda evitar que se nos coloque en esa incomoda situación de necesitar elegir entre el respetar la soberanía de los pueblos y defendernos de sus soberanas bestialidades, es asegurar que los mecanismos internos que permiten frenar las locuras de manera interna funcionen, muy especialmente el de las elecciones. En el caso de Zimbabwe hay muchos que sostienen que de sólo haber existido el mecanismo de unas elecciones verdaderamente transparentes, hace tiempo que el mismo pueblo de Zimbabwe ya se hubiese soberanamente librado del Mugabe.

Lo anterior me trae a comentar sobre la falta que verdaderamente hace en el mundo una definición sobre en qué consisten unas elecciones verdaderamente transparentes, ya que no puede ser igualmente de legítimo quedar electo en unos sufragios de cuya transparencia nadie duda y quedar electo en una elección donde la mayoría duda.

¿Cuál es el porcentaje de credibilidad que debe tener un sistema electoral para ser legítimo? No creo que se requiera el 100%, ya que siempre existe un porcentaje que dudará de todo, casi como por religión, pero tampoco creo que ese porcentaje deba bajar del 80%. Por supuesto en la medida que los resultados sean más anormales, más creíble debe ser el sistema electoral. En casos donde un Mugabe resulta reelecto durante 27 años o en el caso donde en unas elecciones parlamentarias en un pueblo dividido salen 167 a favor de uno y cero a favor del resto, la credibilidad que el pueblo debe tener en su sistema electoral tendría que ser del 98%, por lo menos.

jueves, 15 de marzo de 2007

Merecemos un mayordomo

En el mundo, todos, excepto quizás los más masoquistas, desearían tener un gobierno donde todo funciona sin que se note la presencia del mayordomo, pero la mayoría (o todos) terminamos con gobiernos donde nada funciona y donde quien más se nota es justamente el payaso responsable de ello. Por suerte, para nosotros, los gobernados, existen algunas vías para reducir el riesgo de ser gobernados por payasos, pero para vergüenza nuestra no hemos sido capaces de implementarlas, probablemente por ser más payasos que el payaso de turno.

Una de la propuestas por la cual más pelee durante el período de la constituyente, sin siquiera llegar cerca de lograrlo fue la de prohibir, a todo nivel, cualquier publicidad o propaganda que contenga el nombre de un funcionario público activo. Ya es suficiente que nosotros durante cada elección elijamos a quién entregarle nuestra chequera petrolera para luego tener que chuparle las medias para que nos devuelva algo de lo que para comenzar ya era nuestro, como para también permitirle que use nuestro dinero, para echarnos el cuento sobre lo bien que lo hace como payaso de turno.

Entiendo que los medios de comunicación tienen un interés pecuniario en mantener esa publicidad oficial, pero si sólo tuviesen un poco de más visión a largo plazo, hace tiempo que se hubieren dado cuenta que sin ese tipo de publicidad todos, inclusive ellos, ganaríamos mucho más. Las leyes que regulan los medios de comunicación, deberían explícitamente prohibir la publicidad personal de los funcionarios públicos en ejercicio, por cuanto no cumple ninguna función pública y puede hacer hasta más daño que los programas basados en la violencia y la pornografía degeneradamente desbordada.

Por supuesto que en las actuales circunstancias, donde los principales violadores de este código de ética mínimo del funcionario público son los mismos medios de comunicación del Estado, que ahora parecen, además, querer buscar monopolizar la publicidad, no debemos albergar muchas esperanzas de que se logren introducir unas leyes que contengan los abusos de siempre. En tal sentido, creo que no nos queda más remedio a nosotros los electores, que aplicar ese poderoso antibiótico que se conoce como la sanción social.

En tal sentido permítame recordarle a todos los padres, madres, casados, solteros, hijos e hijas, trabajadores, subempleados, desempleados, cobradores de sueldos y no cobradores de pensiones dignas, estudiantes con futuros, estudiantes sin futuro y no estudiantes, dizque-militares y no militares, venezolanos, cubanos y extranjeros, que cada vez que oigan nombrar a un funcionario público en función por su nombre en una publicidad, que recuerden que para todos los fines prácticos ese funcionario, o está mostrándonos su (muy feo) trasero, o se está comiendo un moco… en público.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela

Artículo 340. La enmienda tiene por objeto la adición o modificación de uno o varios artículos de la Constitución, sin alterar su estructura fundamental.

Artículo 341. Las enmiendas a la Constitución se tramitarán en la forma siguiente:

1. La iniciativa podrá partir del quince por ciento de los ciudadanos y ciudadanas inscritas en el Registro Civil y Electoral

3. El Poder Electoral someterá a referendo las enmiendas a los treinta días siguientes a su recepción formal.

jueves, 8 de marzo de 2007

Estudiantes ¡Alerta!

Basta ver cómo unos estudiantes brillantes, aceptados después de unos muy rigurosos filtros por las mejores universidades del mundo, aplicados a sus estudios y graduados con honores, de repente no encuentran ningún trabajo que ni de cerca se corresponde con lo que aspiraban, para intuir lo muy difícil que es la educación. En Estados Unidos por ejemplo, se oye mucho del problema de los estudiantes que han incurrido en deudas para sus carreras profesionales y hoy no encuentran cómo cancelarlas… por lo que me imagino que solo es cuestión de tiempo antes que uno de esos estudiantes demande a su Alma Mater, por una oferta engañosa o por servicios mal prestados.

No es difícil alinear los incentivos para los educadores con los resultados que buscan conseguir los alumnos, pero ya en algunas partes del mundo se esta comenzando trabajar sobre conceptos tales como préstamos educativos cuya cancelación será contingente a que se obtenga un cierto nivel de ingresos e igualmente sobre el desarrollo de unos contratos de participación en el capital humano formado que permitirá un esquema mediante el cual el estudiante paga parte de su matricula con un porcentaje de los ingresos que logre obtener por encima de un cierto nivel mínimo. ¿Un contrato de esclavitud? No lo creo. El que recibe una buena educación que le trae unos buenos ingresos siempre estará mucho más feliz pagando un cierto porcentaje que quien en libertad absoluta y sin que le haya quedado un céntimo de deuda financiera, le han colocado sobre sus hombros, de por vida, el bacalao de una mala educación.

Siempre han existido personajes en nuestros gobiernos quienes han creído que educar es sencillo, un coser y cantar, hasta tal punto que hoy algunos hasta consideran que hay tiempo para además meterles una induccionadita política a los muchachos. Hoy, más que nunca, resulta importante darles un parado a esos gestores de ilusiones falsas, por lo que los jóvenes, padres, madres, hermanos y amigos deben todos estar muy pendientes ya que, en su educación, el joven esta invirtiendo su vida para ganarse su vida, lo cual no es ninguna tontería.

Muchachas y muchachos venezolanas, el mundo cada día se esta poniendo más competitivo por lo que ustedes no pueden darse el lujo de perder ni siquiera un solo segundo estudiando algo inútil o aprendiendo de alguien inútil en su profesión de maestro. A ustedes también les toca levantar su voz cuando lo que le enseñan no les parezca adecuado o cuando a su maestro le falte calidad, pues sepan que, el día de mañana, jamás conseguirán al ministro de Educación para que les responda personalmente por sus desaciertos. Por cierto, no se preocupen solo de sus propios estudios sino mantengan también el ojo bien abierto sobre cómo les va a sus compañeros, ya que en la misma medida que a ellos les vaya bien a ustedes le irá mejor.

jueves, 1 de marzo de 2007

El control de precios

Me pidieron escribir algo sobre los controles de precios en Venezuela y, como estoy seguro que le pasa a muchos de mis colegas, lo primero que se me vino a la mente fue lo del cuero seco, eso de pisar una esquina para tapar un problema y solo terminar viendo cómo se levanta otra punta, que puede ser peor.

Es necesario y obligante regular los precios que se fijan en monopolios, por ejemplo los de la distribución eléctrica, o cuando existe una emergencia nacional de carácter transitorio. De ahí en adelante, todos los esfuerzos de tal naturaleza son inútiles y quienes buscan, por ejemplo, controlar los precios de los productos de primera necesidad, simplemente lo hacen por brutos, arrogantes o ignorantes, o una mezcla de todo aquello. La tragedia es que cuando los superponeprecios entran en acción, son justamente los pobres los que más terminan sufriendo.

El precio de un producto termina siendo caro cuando la oferta es menor que la demanda, o cuando falta competencia. Un gobierno que busca incentivar la oferta; evitar que la demanda sea trastocada por políticas monetarias equivocadas; y asegurar que exista una competencia adecuada, está haciendo absolutamente todo lo que puede y debe hacer, lo demás será solo una vulgar politiquería. Que los resultados de la acción del gobierno no sean suficientes y que, por ejemplo, los pobres necesiten de subsidios o transferencias directas, eso es otro asunto que no tiene nada que ver con un control de los precios. Al oírles su "qué fácil criticar y qué difícil hacer" me permito sugerir al gobierno unos quehaceres urgentes en materia de precios.

La oferta de productos se maximizará en la medida que logremos asegurar un buen balance entre lo que le toca ofertar al sector nacional y lo que se debe conseguir por vía de las importaciones. Cuando se reciben muchos ingresos por la liquidación del petróleo hay quienes simplemente creen que esos nos permiten invertir mucho para lograr aumentar la producción nacional pero, a más ingresos petroleros que recibimos, más fuerte se hace nuestra divisa, con lo cual mas difícil se le hace a la oferta nacional competir con las importaciones, con lo cual más inversiones son necesarias para lograr esa misma oferta nacional… y aún no conocemos el resultado neto de ese tiovivo, que puede hasta ser vicioso. Lo que toca es simplemente fomentar todas aquellas actividades en que somos buenos, o por lo menos menos malos, para así lograr generar el máximo número de empleos con la menor protección/inversión necesaria. Sé que a muchos esto les sonará a herejía pero, esa siembra del petróleo, siempre me ha sonado como un sembrar en el desierto para estar preparado para el día que vengan las aguas. Lamentablemente las matas no germinan antes de estar dadas las condiciones.

Por el lado de la demanda trastocada, la primera medida, obligatoria, es la de eliminar los actuales controles cambiarios que solo ahogan, represando el exceso de bolívares. En materia de control cambiario para una pequeña economía como la nuestra más importante es controlar la entrada de los capitales.

En cuanto al asegurar que exista una suficiente competencia, ahí sí hay mucho trabajo que hacer, especialmente en materia de roscas, pero eso sí requiere de unos machos de verdad y no solo de aquellos que se las hacen de machitos, ordenando desde sus escritorios unos controles de precios o firmando unos cheques de nuestra perjudicialmente generosa chequera petrolera… y que no ocuparían esos cargos si ellos mismos fuesen expuestos a la competencia que exige competencia.

jueves, 22 de febrero de 2007

Las esponjas y el agua

Piense en los dólares como unas esponjas y en los bolívares como el agua. Cuando Pdvsa le vende al Banco Central las esponjas que ha obtenido por el petróleo, le entregan el agua, que de una manera u otra sale a regar las tierras de Venezuela. Cuando no existen muchas matas que puedan necesitar de esas aguas (producción) o las tierras no se encuentran suficientemente aradas como para absorber todo el líquido (confianza) entonces, de haber esponjas, se producen las fugas de agua, vía las importaciones o huidas de capital, o cuando no hay suficientes esponjas para secar el exceso de agua, ocurren las inundaciones que traen inflación y devaluación.

Hace poco un vocero de la comandancia económica, declaró que "ya no se ofrecerán los dólares que se originan por la venta de hidrocarburos al Banco Central, sino a la Tesorería Nacional, para evitar que los bolívares persigan los bienes prematuramente", lo que significa que una buena parte de las esponjas se guardarán en el exterior hasta que se necesite el agua. El anuncio, que de por sí no es una mala idea, pierde seriedad cuando el vocero lo remata con un arrogante "aquí sabemos lo que estamos haciendo" haciéndose el loco que ellos llevan ya bastante tiempo comandando y también que hace muy poco le quitaron al Banco Central unas billonadas de esponjas que ésta había adquirido, sin siquiera devolverle el agua que inicialmente había pagado por ellas. Qué lástima que estos aprendices no comenzaron sus estudios por la clase número uno, la del primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, donde justamente la problemática del qué hacer con tantas esponjas y tanta agua en una economía pequeña, fue la razón para la creación del Fondo de Inversiones y el argumento para la Ley Habilitante del momento… para lo poco que sirvió.

Qué difícil es discutir, no sólo en Venezuela, sobre la conveniencia o no de un control cambiario, cuando todos siempre están predispuestos a identificar a las entradas de capitales como positivas y a las salidas como negativas, aun cuando lo que más se necesita es simplemente que el nivel de liquidez resultante sea el adecuado. Si se piensa en la economía de un país como Venezuela como una bañera al lado de los océanos globales, quizás se podrá entender mejor que una cierta falta de liquidez resulta menos perjudicial para el desarrollo de la economía, que los excesos de agua que la ahogan.

Un país con tanto que ofrecer como Venezuela corre, en circunstancias normales, mucho más riesgos de morir ahogado que de sed, por lo que siempre he sostenido que de usar unos controles cambiarios permanentes, éstos deberían siempre colocarse a la entrada del agua, es decir cuando el Banco Central compra las esponjas y entrega el agua, que a la salida, tal como lo hace Cadivi, cuando el Banco Central recoge el agua vendiendo sus esponjas. Basta con echar un vistazo a la página web de Cadivi donde observamos que su representante opinó, en abril del 2003, que "el control de cambio se plantea como una restricción transitoria, incluso de una vigencia inferior al año", para saber que hace mucho tiempo deberían haber eliminado el control de cambio actual, o haberlo sustituido por algo mucho más funcional. Hoy, de repente, Cadivi ya tiene hasta planes de jubilación.

Los aprendices acaban de dividir el valor facial de nuestra moneda por mil, me imagino con la esperanza de permitirle a quien busca estar de turno permanente poder anunciar próximamente como un gran triunfo de la revolución, el regreso del 4,30. Ojalá eso se les dé y que no sólo terminen por tener que luego también repasar las experiencias de Luis Herrera y Lusinchi.

jueves, 15 de febrero de 2007

Prendiendo bombillos

No entendí para nada del porqué PDVSA, que tiene mas que suficiente con sus propios retos y rollos, lanzo una OPpA, una oferta pública (privada) por las acciones de la Electricidad de Caracas… hasta que se me prendió un bombillo.

Sabemos que la tarjeta "Mi Negra" propuesta por Manuel Rosales durante las recientes elecciones presidenciales y que estaba dirigida a lograr una participación directa del venezolano en los ingresos obtenidos por la liquidación del petróleo, caló bastante entre los idealistas del oficialismo que, consternados y confundidos, vieron cómo esa propuesta comunitaria recibía 4.3 millones de votos, justamente de quienes ellos más acusaban de faltarles un sentido comunitario.

Pues bien, estos idealistas, ni cortos ni perezosos, ahora decidieron lanzar a la calle su propia "negra" y por lo que tienen a PDVSA comprando acciones en las distribuidoras eléctricas… para luego repartirlas como dividendos a las comunidades de usuarios y así crear unas cooperativas donde cada usuario que tenga sus pagos al día, recibirá con su factura una planilla para votar por la junta directiva de su distribuidora eléctrica local.

Después de la EdC seguro que procederán con Cadafe y me imagino que también está previsto desubicar al propio Rosales, sorprendiéndolo en su propio patio con un reparto de las acciones de Enelven y Enelco.

En donde si no estaríamos hablando de un reparto sería en Margarita, ya que ahí se tratará de una simple devolución, ya que fue el gobierno central y no la isla que se quedó con todo el dinero que se obtuvo al privatizar a Seneca en 1998, en lo que para todos los fines prácticos fue un acto de apropiación indebida.

Me encanta este plan actual, pero no obstante que a caballo regalado no se le mira el comillo, es importante echarle uno ojo a los balances financieros de las empresas que se reciben, para así evitar que el día de mañana, cuando a otro de los ocurrentes de turno se le pueda ocurrir agarrarlas de nuevo para el Estado central, pueda aludir un "eso de la participación no funciona". Lo digo ya que la última vez que le eché un vistazo al balance de la EdC existían casi dos millones de millones de bolívares en pasivos y como bastante de éstos son en dólares con una gran capacidad multiplicadora, hay que estar bien atentos, para por lo menos saber cuánto debemos aumentar nuestras tarifas de electricidad para poder sostener ese buen dividendo que hemos de recibir.

Al que no le envidio nada es al Superintendente para la Promoción y Protección de la Libre Competencia (Procompetencia), quien al mismo tiempo que promete defendernos contra los monopolios, ha tenido que declarar la compra de la EdC por parte de PDVSA como "conveniente", sin poder divulgar nada del plan de reparto, algo que esta reservado para un larguísimo Aló Presidente.
Finalmente les confieso que aun cuando le agarré bastante cariño a Mi Negra estoy de acuerdo con el oficialismo en no usar ese nombre, ya que eso hubiese sido demasiado pavoso cuando se trata de distribuir unas cooperativas distribuidoras de luz.

Saludos de uno de los 4.287.467 usuarios eléctricos del país sombra.

PD. Hay quienes me soplan que lo de la EdC y CANTV son unos Caballos de Troya inventados por la oposición para colocar mas problemas en la comandancia y así reventarla, pero me cuesta creerlo ya que hasta la fecha no se le visto tanta inteligencia.

jueves, 8 de febrero de 2007

De nuevo sobre los precios de la gasolina

¡Mis padres fueron a visitar el futuro de mi país y todo lo que me trajeron fue éste litro de gasolina ta-barata-dame-dos! ¡La gasolina barata es la madre de todos los consuelos de tontos! ¡Venezuela es una empresa cervecera que solo paga sus dividendos en cerveza, solo a quienes gustan de cerveza!

Un oposicionista declaró la semana pasada, en esta misma página, "Me opongo a regalar gasolina a gobernantes chulos que buscan vivir de nuestras riquezas" y aun cuando en eso tiene toda la razón, tampoco debería olvidarse que los consumidores venezolanos de gasolina igualito, por casi un siglo ya, nos hemos chuleado la gasolina a costa de los ciudadanos que no la consumen.

El vender la gasolina por debajo de su valor mercado pertenece a una de esas desastrosas políticas públicas de las que sin duda se puede decir que si el liderazgo anterior hubiere tenido el coraje y la honestidad intelectual de corregir, de seguro que no estaríamos en éstas.

Que con esa medida el gobierno se hace de más recursos para despilfarrar, por supuesto y el despilfarro debe ser criticado, ahora quizás hasta con más fuerza, ya que bien quisiéramos ver al gobierno venezolano regalando gasolina en el exterior si su precio doméstico fuese más de 4.000 bolívares por litro, como por ejemplo lo es en Noruega, otro país petrolero.

Otro argumento en contra del aumento de los precios de la gasolina y que brota de nuestro surrealismo oposicionista, es el relativo a su impacto inflacionario. Sin duda que los índices aumentarán, pero ello no tiene un ápice que ver con el causar una inflación sino simplemente con el ajustarse a la que ya se ha causado. Hay dos inflaciones. La primera, la mala, es la inflación por demanda, la que se produce por el exceso de bolívares que existe relativo tanto a los pocos bienes y servicios ofertados como a la ausencia de esa confianza que produce ahorros e inversiones. En este sentido un aumento de la gasolina podría hasta funcionar como una esponja que absorbe la liquidez que de otra manera se traduciría en una mayor inflación de otros rubros. La segunda inflación, la buena, o por lo menos la necesaria, la de costos, es la que se produce cuando los precios se ajustan a las realidades.

A nadie le puede convenir que un recurso como la gasolina se venda por debajo de su valor y sostenerlo simplemente implica complicidad en el engaño. Valoricemos a nuestra gasolina como ese recurso vital que es y no sigamos vendiéndola despectivamente a precio de agua, sucia… y ese ruego no tiene nada de nada que ver con el ser gobierno o el ser oposición, sino simplemente con el ser un buen venezolano.

Ahora bien, como ese buen gobierno sombra que debemos ser la oposición, exijamos que el gobierno devuelva directamente a los ciudadanos hasta el último centavo que obtendrá del aumento de la gasolina, ya que los venezolanos sabrán mucho mejor qué hacer con esos recursos, así sea solo para comprar gasolina o cerveza… a sus precios correctos.

jueves, 1 de febrero de 2007

Escudos

Cuando consideramos los escudos que podemos necesitar como nación siempre nos conviene recordar los peligros que implica toda barrera. El primero es que la protección sea imaginaria, o sea que el escudo no sirva para nada, lo que solo puede empeorar todo, si por confiados bajamos la guardia. Otro peligro es que resulte en un exagerado aislamiento, lo cual puede ser hasta más peligroso que las amenazas originales. Por último, lo peor, el que después de haber construido la barrera, uno descubra haber quedado encerrado con el enemigo adentro.

El petróleo es un activo de extraordinaria importancia geopolítica por lo que para protegerlo se necesita de un escudo de primera. Inicialmente se había considerado que con asegurar una meritocracia en PDVSA sería suficiente pero, habiendo visto cómo tantas corporaciones en el mundo han terminado sitiadas por una gerencia que tiene su propia agenda, hasta tal punto que los accionistas de muchas de las empresas cotizadas ya ni siquiera pueden nombrar a sus directivas, es obvio que con eso solo no nos alcanza. Por supuesto, la alternativa actual de un sistema de control que obedece señas tribales sirve aún menos, ya que eso solo puede terminar en que un chamán secuestre a PDVSA, o que se debilite tanto que se pierda por otras vías. El único escudo que tiene posibilidades reales para defender nuestro petróleo, de manera sostenible, es la de reintroducir un sistema de méritos basado en conocimientos profesionales, al mismo tiempo que conectamos a PDVSA, directamente, en el día a día, con el bolsillo de cada venezolano y creando con ello 26 millones de pedevesos. La propuesta llamada "La Negra" y que comenzó a dibujarse como una buena posibilidad de ello, lamentablemente no se le ocurrió a quien en estos momentos maneja la franquicia de las ocurrencias.

Igualmente necesitamos de escudos de primera para el cuidado del ambiente y para asegurar las posibilidades de lograr educar a nuestros hijos para que sean competitivos en el mundo de mañana. Millones de guardabosques, costas, montañas, llanos, ríos, aire, aguas venezolanos serán necesarios y aún así la tarea no será fácil. En educación, no nos queda sino buscar lo mejor de lo mejor y, aun así, habrá que rezar para que eso nos alcance para algo en este mundo tan competitivo.

Por supuesto, también nos caería de maravillas un escudo que nos proteja contra las ideas del ocurrente de turno, tales como que el estatizar la distribución de la electricidad y las empresas de comunicación tengan algo que ver con proteger a nuestra nación... pero eso puede que ya sea demasiado pedir.

jueves, 25 de enero de 2007

Un aumento correcto

Hugo Chávez. ¿Por qué le vemos tanto titubeo para aumentar el precio de la gasolina, cuando las razones para hacerlo son tan correctas? Por supuesto que vender la gasolina por debajo de su precio de realización no es una de esas políticas que a usted le gustaría tildar como funesto neoliberalismo, pero permítame informarle que el transferir, como de hecho se hace con los precios actuales, un 10% del PDB de los que no tienen nada de nada a los que simplemente usan gasolina, está aún mucho más lejos de ser una política socialista, de cualquier siglo y cualquier denominación.

Además, no hay nada tan importante para un país como aprender a valorizar y respetar los recursos que la Providencia le asignó, lo cual jamás se logra entregando esos recursos a unos precios despectivos. Así que, déjese de estatizar la Electricidad de Caracas, algo que no le conviene por cuanto sólo servirá para embarrarnos a todos en la decadencia de otro servicio público y, en su lugar, use la ley habilitante para realmente solucionar de una vez por todas el problema de los precios internos de los combustibles.

Todos entendemos que el hecho de que la oposición tuviese tantas fuerzas para lograr que 4.3 millones de ellos atravesasen los obstáculos y votasen en contra suya lo debe tener muy nervioso. Ahora bien, si usted está aumentando los precios de la gasolina, no para corregir lo que es una injusticia social, una aberración económica y un crimen ambiental, sino para hacerse de más recursos para los "suyos", ahí sí que no le auguro éxito alguno ya que el resentimiento del pueblo será muy grande y con ello sólo logrará aumentar el precio que a usted le cobran sus mercenarios para mantenerle su "apoyo".

En tal sentido le sugiero que promulgue una ley que obligue a su gobierno a aumentar los precios de la gasolina sobre un periodo de tiempo hasta que lleguen a su precio de realización internacional y que, una vez logrado ese nivel, se prohíba venderlo a un precio inferior. Mientras se introducen tales ajustes, se debe devolver a los consumidores hasta el último bolívar de los ingresos generados por encima del costo de producción de la gasolina vía la reducción del IVA y así nadie tendrá porque quejarse.

Y, por favor, no se confunda, esto no se trata de un apoyo, ¡no!... sólo que jamás he creído que la vía de librarnos de un mal gobierno como el suyo pase por el no buscar siempre hacerle el bien a la nación… y que además sigo pensando en qué hacer con el país mañana, sin usted.

jueves, 5 de octubre de 2006

El Ministerio de la Globalización

Una vez satisfechas las necesidades de seguridad, el ministerio que más necesitará un nuevo gobierno para vencer las dudas internas y externas, que existen sobre nuestra Venezuela, es el Ministerio de la Globalización. La tarea no será fácil, no sólo por el daño sufrido, sino además por cuanto la competencia global es feroz.

En Venezuela, como en todos los países, nuestra ciudadanía se divide entre quienes ven en la globalización su oportunidad para un mañana mejor y quienes sólo ven en ella amenazas. Por cuanto soy un convencido de que siempre es mejor atreverse a ir a la vanguardia entre los que buscan ganar, que en la retaguardia, con los recogiditos y vencidos, no hago sino pensar en cómo podemos recuperar los tantos años perdidos y tranquilizar a los atemorizados.

Para generar y distribuir rápidamente algunos beneficios de la globalización a los nuestros, habría que mostrarles el queso de la tostada, empleos. Para ello el Ministerio debería convertirse en el principal promotor – no constructor - de varios polos de desarrollo, que provistos de toda la infraestructura necesaria, busquen posicionar al país en la prestación de algunos de los servicios que actualmente se vislumbran con un altísimo potencial de crecimiento económico. Entre ellos:

20.000 cuartos en instalaciones hospitalarias de primera, laboratorios, transporte especializado, universidades, médicos, enfermeras bilingües certificadas, expertos en rehabilitación y todos los demás servicios necesarios para aspirar a convertir a Venezuela en un centro global de atención médica.

200.000 viviendas adecuadas, atención médica, instalaciones recreativas, sistemas de seguridad y transporte y todos los demás servicios necesarios para aspirar a convertir a Venezuela en un centro global de atención a las personas de la tercera edad.

Para volver a ganarnos el respeto y la confianza del mundo, buscaría fomentar algunas realidades que contienen una alto contenido simbólico: por ejemplo 10.000 celdas en prisiones de primera categoría, personal carcelario especializado, cursos de reinserción y todos los demás servicios necesarios para aspirar a convertir a nuestro país en un ejemplo global para el castigo y la rehabilitación de criminales.

Cuando pienso en todo lo que se podría haber logrado con los ingresos petroleros actuales, de haberlos utilizados sin complejos a favor del país, lloro. Cuando pienso en todo lo que seguimos teniendo a nuestro favor, me río.

jueves, 24 de agosto de 2006

De un accionista de PDVSA a otro

Jamás he trabajado ni en la vieja ni en la nueva PDVSA, pero justo por ser uno de esos accionistas minoritarios ignorados, que somos todos los venezolanos, creo saber más lo que nos conviene con respecto a nuestro petróleo que toda esa cuerda de políticos que sólo buscan distribuir las ganancias, a su conveniencia, o las gerencias, cuya prioridad son sus condiciones de trabajo. No perdono la revolucracia actual, que supongo deben estar haciendo tales horrores que ni se dejan ver, como tampoco enmudecí en bobalicona admiración ante la meritocracia anterior. Amigos accionistas, he aquí lo que pienso.

Sin una OPEP, jamás podríamos recibir por nuestro petróleo agotable y no renovable un precio superior al del costo marginal de extraerlo y transportarlo a nivel mundial, destino triste de todos los demás productores de materia primas, por lo que soy un fiel defensor del concepto OPEP. Quien le juegue quiquirigüiqui a la OPEP… ¡Fuera!

Estar en la OPEP, obliga a poder controlar la producción, por lo que la exploración, la producción y la refinación básica debe estar 100% en manos de empresas del Estado. Una empresa del Estado es generalmente menos eficiente que una privada, pero como a nosotros lo que nos interesa es el resultado final del negocio, tendremos que convivir con ello y ser vigilantes.

Todas las empresas, tanto estadales como privadas, pueden caer en la tentación de crecer por crecer y diluir en actividades no competitivas lo que ya debería formar parte de nuestro dividendo. En este sentido, hay que prohibirle a PDVSA cualquier actividad distinta a las más básicas. Por ejemplo la distribución de gasolina en Venezuela y en el exterior y las actividades sociales propias del gobierno… ¡Fuera!

Dividendos. Después de apartar los recursos para que PDVSA pueda acometer sus inversiones, sin necesidad de endeudarse, el remanente se debe entregar directamente a nosotros, los accionistas. Eso de seguir entregándoles el ingreso por la liquidación de nuestro petróleo a unos políticos para que luego tener que hacerles las mil y una reverencias… ¡Fuera!

Amigos, estamos hartos de oír a los políticos prometer una mejor distribución de la riqueza petrolera, como si acaso fuese de ellos, cuando lo que les toca es simplemente entregarnos nuestros cheques. Si necesitan ingresos, pues que cobren sus impuestos. Un país se construye haciendo al ciudadano responsable, no declarándolo irresponsable.

jueves, 18 de mayo de 2006

Piscina, lago, océano o bañera

En materia del comercio internacional, un país debe decidir en que aguas debe nadar. Décadas atrás, los venezolanos nos encontrábamos en una piscina, no muy grande pero aceptable mientras nuestros ingresos petroleros nos permitían cambiar con frecuencia el agua y pagar el cloro. No obstante, al bajar los ingresos, el agua en la piscina, por razones naturales sobre las cuales prefiero no extenderme, comenzó a calentarse desagradablemente, por lo que autorizamos a unos negociadores a salir a buscarnos un lago fresco.

Nos consiguieron uno muy bello, el Lago del Pacto Andino, pero en lugar de dejarnos durante un buen tiempo en él, aprendiendo a nadar en aguas naturales, nuestros gobernantes, por echárselas de modernos, fueron y nos lanzaron al océano. Tragamos agua, nos asustamos, solicitamos regresar al lago, o quizás hasta a nuestra vieja piscina, pero esta vez nuestros yo-no-se-qué, echándoselas de primitivos y originarios, decidieron meternos en una bañera.

Pues bien, ahí en la bañera no podemos quedarnos, ya se notan las rayas de mugre y tampoco es segura, por cuanto se te monta un bruto encima y capaz te ahoga. Ahora bien, lo peor de estar en la bañera es que ello conduce a Venezuela a un proceso involutivo, donde hay que asegurarse de que cada generación sea más bruta y más mente de pollo que la anterior, ya que ésa es la única manera como evitar que los jóvenes capaces y con iniciativa nos abandonen para buscar su océano.

Y no es que esto nos esté ocurriendo en una época donde una bañera de repente pudiera haberse visto hasta como un exótico jacuzzi. ¡No! Ocurre justamente cuando todo el resto del mundo anda corriendo para aprender a nadar en el océano, para no tener que acabar limpiando bañeras en otros países. No encontraremos en nuestra historia un período de tanto empequeñecimiento. ¡Ah!... pero nos dicen que buscamos crear una bella piscina con MERCOSUR… ¿Quién va a tragarse que ellos abandonarían el océano, sólo por bañarse con nosotros?

De seguir por la ruta de esta inconsulta ocurrencia vuelta imposición, sólo terminaremos bañándonos, hasta el alba, en unas aguas turbias, ensuciadas por quienes ni siquiera son familia. Yo sí estuve entre los que en su momento alertaba que estábamos apurando demasiado nuestro paso de piscina a océano, pero igual sigo convencido de que Venezuela, con inteligencia, debe y puede aspirar a competir con éxito surfeando las olas de la globalización.

miércoles, 14 de junio de 2000

La Electricidad de Caracas que yo quiero

Como la mujer en la canción de Serrat, la Electricidad de Caracas (EdC) que yo quiero, no debería necesitar deshojar cada noche una Margarita, en un me compran - no me compran. La EdC que yo quiero no parece fruta jugosa, más bien una competente y sub pagada conserje, nada vanidosa.

Como un consumidor de electricidad que vivo en Caracas amarrado a la EdC, mi objetivo es simplemente recibir un buen servicio al menor costo posible. Con un objetivo tan limitado es posible que algunas de mis reflexiones, sobre la reciente oferta publica hecha por las acciones de la EdC, puedan diferir en algo de las de un accionista.

Sólo para comenzar, cada vez que oí sobre el cacareado alto valor de la EdC, y a sabiendas de que con toda seguridad la mayoría de los ingresos de la empresa provienen del bolsillo de consumidores como yo, que tiemblan cuando se acerca la llegada de su recibo de luz, sentía en lo más profundo de mi ser el gusanito de la tentación que me empujaba a pedir una rebajita en las tarifas.

De mi distribuidora eléctrica local, lo que me interesa ver son unos buenos ingenieros con coloridos cascos, acompañados por contadores competentes con unas calculadoras sencillas, que sólo sirvan para sumar y restar. Observar la presencia de abogados, financistas, corredores, publicistas y demás profesionales poco relacionados con llevarme la luz a casa, francamente no me gusta.

De mi distribuidora eléctrica local, lo que me interesa que debata son asuntos relacionados con el sector eléctrico, por ejemplo los kWh que consume mi secadora. De allí que me ponga algo nervioso cuando presencio foros, como uno que hubo en el IESA, en donde la conversación sólo versaba sobre tópicos como “takeovers enemistosos”, "poison pills" y "golden parachutes".

De mi distribuidora eléctrica local, las únicas inversiones que yo espero son aquéllas absolutamente mínimas y necesarias para darme un mejor servicio a un menor costo, por lo cual, cuando oigo de la existencia actual de proyectos de agua en Colombia, o que el oferente mantiene fuerte presencia en Kazakhstan, esto me inquieta ante la certeza de que si le va mal, tendré que pagar más, y si le va bien, no participaré.

De mi distribuidora eléctrica local, yo quiero que busque inversionistas que sean compatibles con la naturaleza muy poco riesgosa del negocio de distribución eléctrico, por ejemplo viudas y huérfanos con limitadas aspiraciones de rendimiento, pero que dependan para su subsistencia de un dividendo seguro. Por lo tanto, cuando veo flujos y apetitos especulativos, tipo mercados emergentes, interesarse por EdC, siento que estoy en mala compañía.

De mi distribuidora eléctrica local, yo no deseo que me despierte cada mañana con costosos avisos en la prensa, radio y televisión, desplegados sobre asuntos que no tienen nada que ver con la luz, ya que sé que de una u otra forma los fondos para pagar esa publicidad provendrán de mi bolsillo y ésto me molesta.

De mi distribuidora eléctrica local, yo no quiero oír sobre las perspectivas de que sus acciones valgan una fortuna por cuanto, salvo algo muy desconocido para mí, tal posibilidad sólo puede sustentarse sobre unos tarifas demasiado altas.

De mi distribuidora eléctrica local, yo no deseo oír sobre la posibilidad de una importante reducción de costos, por cuanto tengo la ilusión de que esa empresa sea operativamente tan eficiente como para que tal posibilidad no exista.

De mi distribuidora eléctrica local, no me gusta oír que recompra sus propias acciones, disminuyendo así su patrimonio, cuando poco tiempo antes hemos sido informados acerca de la necesidad de incrementar las tarifas eléctricas para acometer las inversiones necesarias.

En fin, yo como consumidor, durante las últimas semanas, oí muy pocas cosas que me gustaron de mi distribuidora eléctrica local. En momentos especialmente difíciles, les confieso haber encontrado mucho consuelo en la nueva Ley del Servicio Eléctrico.

Cada vez que leo la nueva Ley, más me sorprendo de que hayamos logrado sobrevivir sin ésta. Como consumidor estoy absolutamente convencido de que, en un plazo bastante corto, el sector habrá sufrido una transformación muy grande en beneficio de todos aquellos que, como yo, desean ver en nuestros servicios públicos bases competitivas para desarrollar otras actividades económicas y no como parecería ser el caso hoy, el que los servicios públicos sean el negocio en sí.

Tengo amigos accionistas o ex-accionistas de la EdC y tengo amigos gerentes o ex-gerentes de la EdC. A todos ellos les aseguro que ni invalido ni le quito méritos a su gestión hasta la fecha. Es más, si el día de mañana deciden crear otra empresa para buscar nuevos horizontes de inversión y, por qué no, los mismos proyectos de diversificación, que actualmente contemplaban, tales como de agua en Colombia, de pronto me intereso. Hasta la fecha, lo único que me ha mantenido alejado de convertirme en accionista de la EdC (y la CANTV) ha sido un deseo de no exponerme al conflicto de interés presente cuando uno maximiza su propio dividendo, maximizando su propia factura de luz o teléfono.

Sé que muchos de mis amigos ven con cierta melancolía los recientes eventos y, sin duda, la operación EdC representa en si el fin de una era. No obstante, recordemos que las épocas cambian y ya tanto la nueva Ley como las nuevas realidades económicas hacen casi imposible, el que distribuidoras eléctricas centenarias puedan aspirar a ser milenarias. Sólo el hecho de que las concesiones para la distribución eléctrica tengan en la nueva Ley una validez limitada de 30 años más 20 adicionales de prórroga, para entonces tener que entregar y licitar todo el negocio de nuevo, señala un cambio fundamental.

El hacer del negocio de la distribución eléctrica local un negocio tan seguro y tan aburrido, que sólo atraiga los capitales de menor expectativas de retorno o a los propios vecinos, me parece un reto interesante para iniciar esta nueva etapa.